domingo, 31 de enero de 2016

LECTURAS DEL DOMINGO 31 DE ENERO DEL AÑO 2016.


PRIMERA LECTURA. Jeremías 1,4-5, 17-19.


Vocación y primeros oráculos (Éx 3-4; 1 Sm 1-3; Is 6; Ez 2).

4El Señor me dirigió la palabra:

5-Antes de formarte en el vientre te escogí, antes de salir del seno materno te consagré y te nombré profeta de los paganos.
17Y tú cíñete, en pie, diles lo que yo te mando.
No les tengas miedo;
que si no, y o te meteré miedo de ellos.
18Yo te convierto hoy en plaza fuerte,
en columna de hierro, en muralla de bronce,
frente a todo el país:
frente a los reyes y príncipes de Judá,
frente a los sacerdotes y los terratenientes;
19lucharán contra ti, pero no te vencerán,
porque yo estoy contigo para librarte
-oráculo del Señor-..

Explicación.


1,4-19. El tema de la vocación profética, dividido en vocación y envío (4-10 y 17-19) enmarca dos oráculos paralelos y complementarios; como si entre dos hojas de una puerta nos dejaran mirar hacia el futuro. Siendo la redacción del texto posterior, es de suponer que el autor haya proyectado su experiencia madura hacia el comienzo absoluto. Al género pertenecen Éx 3-4; 1 Sm 3; Is 6; Ez 2-3.


1,4-10. La vocación incluye elección, consagración y nombramiento. La elección precede a la existencia, un día la misión podrá consumir la existencia. Consagrar es apropiarse algo para una tarea sacra. La vocación profética es más sagrada que la sacerdotal (cfr. Dt 17-18). El nombramiento tiene dimensión universal: desborda los límites de la patria, aunque se centre en ella. ¿Qué decir del alcance universal de Jr en nuestra historia?


1,17-19. Quien viste larga túnica flotante, se la ciñe para el trabajo (Sal 65; 2 Re 1,8) o para la pelea ( Job 38,3; 40,7). Cuando asedia fuera la persecución, surgen dentro los miedos que paralizan; el profeta ha de superarlos confiando en Dios (Sal 27). Si falla en la confianza, quedara invadido de miedos que se multiplican, como atizados por Dios. Tres comparaciones expresivas: "ciudad, muralla, columna": caerá la ciudad, abrirán brecha en su muralla, derribarán las columnas. El profeta resistirá: ¿cómo?

          
SALMO. 71,1-6, 15-17.

1A ti, Señor, me acojo: 
que no fracase yo para siempre. 
2Por tu justicia líbrame y ponme a salvo, 
préstame oído y sálvame. 
3Sé tú mi roca de morada, siempre accesible, 
pues mandaste salvarme. 
Mi peña y mi alcázar eres tú. 
4Dios mío, líbrame de la mano perversa, 
del puño criminal y violento; 
5porque tú, mi Señor, fuiste mi esperanza 
y mi confianza, Señor, desde mi juventud. 
6Nada más nacer me apoyaba en ti, 
del vientre materno tú me sacaste. 
Para ti mi alabanza continua.
15Mi boca explicará tu justicia 
y tu salvación todo el día. 
Aunque no soy experto en contar, 
16con la fuerza del Señor entraré 
para anunciar tu justicia, sólo tuya. 
17Me enseñaste, Dios, desde la juventud 
y hasta hoy relato tus maravillas.  


Explicación.



71,1-8. El orante acumula títulos de Dios, tradicionales o modificados: roca accesible, peña y alcázar; y la terna refugio, esperanza y confianza. Empieza su oración copiando o evocando; su espiritualidad se ha formado en los salmos.
71,1 Su vida hasta ahora no ha sido fracaso; pero si los enemigos lo privan de la etapa y tarea pendientes, una parte de su vida se habrá malogrado. 

71,2 Con cuatro imperativos apela a la justicia de Dios, como víctima inocente ante el juez o el gobernante.

71,3 "Roca de morada" es paradójico; supone el cambio de una consonante respecto a 31,3. Pero, contando con Is 33,16, no intento armonizarlos. 

71,5 El primer salto es a la juventud: uso frecuente: 1 Re 18,12; Jr 3,24s; Ez 4,14 etc. Puede ser el tiempo en que se independiza, escoge oficio, se desposa.

71,6 De la juventud salta al nacimiento. Ahora le consta que Dios estaba allí, casi como comadrona: Ex 22,10s. Es dudoso el significado de la palabra que traduzco por "sacaste". 



71,15b-16 Caben dos interpretaciones, que afectan al término sprwt y al vínculo sintáctico. a) En la línea de número, parafraseo: "me pasaré el día contando, porque para mí no tiene cuento. Entraré ... ": compárese con Sal 139,17s; Eclo 43,28.30. b) En la línea de instrucción, sea conocimiento de libros escritos, sea habilidad en el arte de contar (Eclo 38,24; 44,4); unido a lo que sigue como concesiva. Parafraseo: "aunque no entiendo de letras / no soy experto en narrar, con la fortaleza del Señor entraré ... ". En la segunda interpretación el orante confiesa no pertenecer al gremio de los doctos; pero "fortalecido" por Dios se atreve: cfr. Miq 3,8. 


71,17-19 El anciano debilitado se fija en la ''fuerza'' de su Dios; una fuerza ordenada toda a la justicia, una justicia que supera toda dimensión humana. "¿Quién como tú?": Ex 15,11; Sal 35,10; 89,79.  

Transposición cristiana.

Algunos Padres ponen el salmo en boca de Cristo, tomando vejez por debilidad. Retienen referencias al nacimiento, la instrucción celeste, las tribulaciones, la resurrección. 

SEGUNDA LECTURA. 1 Cor 12,31--13,1-13 o 1 Cor 13,4-13.



12 31a¿hablan todos en lenguas?, ¿pueden todos traducirlas? 31b Pues ambicionad los dones más valiosos.

13 1Y me queda por señalaros un camino excepcional. 

                  Ya puedo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles que, si no tengo amor, no paso de ser una campana ruidosa o unos platillos estridentes.
                  2Ya puedo hablar inspirado y penetrar todo secreto y todo el saber; ya puedo tener toda la fe, hasta mover montañas, que, si no tengo amor, no soy nada.
                  3Ya puedo dar en limosnas todo lo que tengo, ya puedo dejarme quemar vivo que, si no tengo amor, de nada me sirve.
                  4El amor es paciente, es afable; el amor no tiene envidia, no se jacta ni se engríe, 5no es grosero ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva cuentas del mal, 6no simpatiza con la injusticia, simpatiza con la verdad. 7Disculpa siempre, se fía siempre, espera siempre, aguanta siempre.
                 8El amor no falla nunca. Los dichos inspirados se acabarán, las lenguas cesarán, el saber se acabará; 9porque limitado es nuestro saber y limitada nuestra inspiración y, 10cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. 11Cuando yo era niño, hablaba como un niño, tenía mentalidad de niño, discurría como un niño; cuando me hice un hombre, acabé con las niñerías. 12Porque ahora vemos confusamente en un espejo mientras entonces veremos cara a cara; ahora conozco limitadamente, entonces comprenderé como Dios me ha comprendido. 13Así que esto queda; fe, esperanza, amor; estas tres, y de ellas la más valiosa es el amor. 

EXPLICACIÓN.


 Los dones más valiosos, crítica implícita a la excesiva valoración del don de lenguas (cf. 14,2) (31a).


 12,31b-13,13.   Con todo su valor, los dones son secundarios; si no hay amor fraterno, los dones y los heroísmos están vacíos. El amor significa la entrega de sí mismo a los demás para procurarles vida, sin buscar en nada el propio interés (12,31b-13,3). Cualidades del verdadero amor, casi personificado por Pablo. En la enumeración tiene de mira los defectos manifestados por los corintios (4-7).



                Los dones del Espíritu, tan útiles para la vida de la comunidad, dejarán de serlo en la vida futura. El amor, en cambio, continuará siempre, y con él la fe, en el sentido de total adhesión a Dios, y la esperanza, es decir, su objeto, la plenitud de vida de los hijos de Dios (Rom 8,18ss) (8-13).


EVANGELIO.  Lc 4,21-30.


21 y empezó a hablarles:

-Hoy ha quedado cumplido este pasaje ante vosotros que lo habéis escuchado.
22 Todos se declaraban en contra, extrañados del discurso sobre la gracia que salía de sus labios, y decían:
-Pero, ¿no es éste el hijo de José?
23 Él les repuso:
-Seguramente me citaréis el proverbio aquel: "Médico, cúrate tú"; todo lo que nos han dicho que ha ocurrido en esa Cafarnaún, hazlo también aquí en tu tierra.
24 Y añadió:
-Os aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su tierra.
25 Pero no os quepa duda de que en tiempo de Elías, cuando no llovió en tres años y medio y hubo una gran hambre en toda la región, había muchas viudas en Israel;
26 y, sin embargo, a ningua de ellas enviaron a Elías, pero sí a una viuda de Sarepta en el territorio de Sidón.
27 Y en tiempo del profeta Eliseo había muchos leprosos en Israel y, sin embargo, ninguno de ellos quedó limpio, pero sí Naamán el sirio.
28 Al oír aquello, todos en la sinagoga se pusieron furiosos
29 y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad y lo condujeron hasta un barranco del monte sobre el que estaba edificada su ciudad, para despeñarlo.
30 Pero él se abrió paso entre ellos y emprendió el camino.

EXPLICACIÓN.


En su pueblo había tenido aceptación (2,52), por pensarse que era hijo de José (3,23); ha llegado ahora acompañado de una nueva fama (4,14), por propia iniciativa ha leído un texto clásico de la expectación mesiánica, pero omitiendo el final. Jesús comienza el discurso aplicándose a sí mismo el pasaje del profeta: él es el Mesías liberador, se abre la era de la salvación, pero ésta es universal, no excluye a los paganos (21). Reacción unánime y desfavorable. El gr. martyreô, con dativo, significa aquí testimoniar / declararse en contra (cf. Mt 23,31) (22). El discurso trataba de la gracia (determinado), del favor de Dios (19) para judíos y paganos. La pregunta: ¿No es éste el hijo de José?, no se refiere a la filiación natural, de la que no dudaban (cf. 3,23), ni al oficio (no mencionado en Lc), sino a la semejanza con José en ideas y comportamiento (cf. 2,48s): lo que dice Jesús no corresponde a la postura bien conocida de José; Jesús no ha salido a "su padre" (3,23: "se pensaba que era hijo de José").


Jesús interrumpe el discurso (23) e interpreta los sentimientos del público: Médico, cúrate tú; antes de ocuparse de los males de los demás hay que remediar los propios: hay que empezar por liberar a Israel. Nazaret (nacionalismo), esa Cafarnaún (despectivo, por estar mezclados judíos y paganos): quieren que la actividad salvadora de Jesús se ejerza solamente en beneficio de Israel (aquí, en tu tierra); oposición a que beneficie también a los paganos (Lc anticipa lo que expondrá en episodios posteriores). La actitud exclusivista los cierra al mensaje. Jesús acusa: lo que está sucediendo en Nazaret no es más que un caso particular de lo que sucede a todo profeta. Israel es el pueblo que rechaza a los profetas y, en consecuencia, también a Jesús; la incredulidad impide la acción de Dios (24). Ya en el pasado Dios envió a los profetas (Elías y Eliseo) a otros pueblos , en detrimento de Israel (25-27).

Segunda reacción, de extrema violencia (28s). Antes que renunciar a su nacionalismo, quieren matar al enviado de Dios. Su ciudad, construida sobre el monte, alusión a Jerusalén y al templo: la actitud de los habitantes de Nazaret es la de la institución judía. Autoridad y libertad de Jesús (30). Emprendió el camino, la ejecución de su programa, desafiando la hostilidad.

sábado, 30 de enero de 2016

LECTURAS DEL SÁBADO 30 DE ENERO DEL AÑO 2016.


Primera Lectura. 2 Samuel 12,1-7.10-17.


Penitencia de David (Sal 51).



1El Señor envió a Natán. Entró Natán ante el rey y le dijo: 
-Había dos hombres en un pueblo: uno rico y uno pobre. 2El rico tenía muchos rebaños de ovejas y bueyes; 3el pobre sólo tenía una corderilla que había comprado; la iba criando, y ella crecía con él y con sus hijos, comiendo de su pan, bebiendo de su vaso, durmiendo en su regazo; era como una hija. 4Llegó una visita a casa del rico, y no queriendo perder una oveja o un buey, para invitar a su huésped, tomó la cordera del pobre y convidó a su huésped.
5David se puso furioso contra aquel hombre, y dijo a Natán:
6-¡Vive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte! No quiso respetar lo del otro, pues pagará cuatro veces el valor de la cordera.
7Entonces Natán dijo a David:
-¡Eres tú! Así dice el Señor, Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, te libré de Saúl. 10Pues bien, no se apartará jamás la espada de tu casa, por haberte burlado de mí casándote con la mujer de Urías, el hitita, 9b y matándolo a él con la espada amonita. 11Así dice el Señor: Yo haré que de tu propia casa nazca tu desgracia; te arrebataré tus mujeres y ante tus ojos se las daré a otro, que se acostará con ellas a la luz del sol que nos alumbra. 12Tú lo hiciste a escondidas, yo lo haré ante todo Israel, en pleno día.
13David dijo a Natán:
-¡He pecado contra el Señor!
Natán le respondió:
14-El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás. Pero por haber despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá.
15Natán marchó a su casa.
El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y cayó gravemente enfermo. 16David pidió a Dios por el niño, prolongó su ayuno y de noche se acostaba en el suelo. 17Los ancianos de su casa intentaron levantarlo, pero él se negó, ni quiso comer nada con ellos.



Explicación.



12,1 Recuérdese el proverbio: "El rico y el pobre se encuentran: a los dos lo shizo el Señor" (Prov 22,2).



12,5-6 David escucha la parábola como un caso que él tiene que sentenciar con su autoridad suprema, y lo sentencia sin preguntar nombres. La compensación del cuádruplo está prevista en la ley (Éx 21,37); el reato de muerte, no previsto en la ley, parece sugerido por la villanía de la acción.

            Entonces el profeta da un nombre al rico de la parábola, y con él nombra también al pobre y a su cordera. "Tú": la narración bíblica, aun simple ficción, interpela y acorrala al hombre, es luz que penetra y delata, como dice Heb 4,12.



12,10-12 Ahora viene el oráculo propiamente dicho. Sigue con alguna libertad el esquema clásico.  Condena motivada con la repetición de la denuncia (10), continúa la condena con nueva introducción (11-12). Además se conserva la clásica correspondencia del delito y pena: la espada castiga a la espada, el robo de muchas mujeres el robo de una; lo subraya la repetición de unas cuantas palabras clave: espada, arrebatar, mujer.
               El oráculo está ligado al capítulo precedente con otras repeticiones: "Reprueba el Señor", como en 11,27: "matar", "acostarse", "tomar por esposa", son repeticiones obvias.
               El oráculo añade una dimensión nueva: personaliza fuertemente la ofensa al Señor (cfr. Sal 51,6). En rigor se diría que David ha ofendido a Urías; pero el Señor toma por suya la ofensa, y ésa es su última gravedad. Ello crea un nuevo sistema de relaciones: David es en la parábola el rico malvado; con relación a Dios había sido la cordera elegida y tratada con cariño especial "como una hija". Al abandonar ese papel, toma el puesto del rico, y ofende a su Señor, el cual se convierte en vengador del pobre y de su corderilla. La apertura trascendente del hombre hacia Dios y el interés personal de Dios por el hombre confieren su grandeza y gravedad a la caridad y justicia humana.



12,11 El verbo heqim: hacer nacer, establecer, cumplir, es uno de los verbos clásicos de la promesa dinástica; aquí toma un complemento terrible: "desgracia", como respuesta al mal que ha hecho David. Vuelven en este verso las rimas del v.8 exageradas; y también el verbo dar, que en 8 hablaba de beneficios, aquí de castigo.



12,13-14 La respuesta de David es brevísima: iluminado por la palabra de Dios, se descubre cómo es ante Dios, y confiesa sin comentario su pecado contra el Señor. Dios perdona anulando la sentencia de muerte. ¿Acaso porque David perdonó a Saúl? ¿Sólo por el arrepentimiento actual? Eso es lo que buscaba la palabra de Dios, salvar. Incluso cuando acusa es salvadora, quizá más salvadora cuando acusa. Pero se le impone una pena. En términos forenses: se le conmuta la pena de muerte en la pérdida del hijo del pecado. El padre es castigado en el hijo al perderlo, no es castigado el hijo.



12,15-17 Mientras el niño vive, la acción de David es negativa, de renuncia, como si quisiera tomar sobre sí la enfermedad del hijo para sanarlo, aunque no por sustitución, sino orando a Dios; su única actividad entonces es suplicar.



Salmo 51,12-17.



12Crea en mí, Dios, un corazón puro, 

renuévame por dentro con espíritu firme; 
13no me arrojes lejos de tu rostro
ni me quites tu santo espíritu; 

14devuélveme el gozo de la salvación, 
afiánzame con un espíritu generoso.
15Enseñaré a los malvados tus caminos, 

y los pecadores volverán a ti.
16De homicidio líbrame, oh Dios,
Dios y Salvador mío,
y mi lengua aclamará tu justica. 

17Señor mío, ábreme los labios

y mi boca proclamará tu alabanza. 


Explicación.



51,12-14 El verbo crear suena con fuerza al comienzo de tres versos que llamaré epíclesis, porque son una triple invocación al espíritu. Como en la creación: el "espíritu de Dios" se cernía sobre el océano.
51,12 El primero es un espíritu dispuesto; adjetivo al parecer contrario al viento, cuya esencia es moverse. En términos psicológicos y espirituales es un ánimo pronto, decidido (cfr. Mt 26,41).
51,13 El segundo es un espíritu santo; la petición es que Dios "no quite" lo que había dado. Leído en clave davídica, sería el espíritu de profecía, según 2 Sm 23,2. Leído en clave comunitaria, es retirar la condición de pueblo santo, consagrado: Ex 19,6; Is 62,12; anular la elección, rechazar, como muestra el paralelo de 2 Re 13,23.
51,14 El tercero es un espíritu "principesco", que denota la iniciativa espontánea, la generosidad y nobleza de ánimo. No una ley desde fuera, sino un dinamismo desde dentro.
51,15 Ya transformado, el orante podrá atarearse como predicador de conversión. Los caminos del Señor son la línea de conducta que él traza; el camino por donde podrán volver y que deberán seguir.
51, 16a "Sangre" damim significa en sentido propio el homicidio, en sentido amplio cualquier violencia. En clave davídica, el asesinato de Urías. 
Transposición cristiana 
El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones.

En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.  



Evangelio. Marcos 4,35-41.



 (Mt 8,23-27; Lc 8,22-25) 



35 Aquel día, caída ya la tarde, les dijo: 

-Crucemos al otro lado.
36Dejando a la multitud, se lo llevaron tal como estaba, en la barca, aunque otras barcas estaban con él. 37Sobrevino un fuerte torbellino de viento; las olas se abalanzaban contra la barca, y la barca empezaba ya a llenarse; 38él se había puesto en la popa, sobre el cabezal, a dormir. Lo despertaron y le dijeron:
-Maestro, ¿no te importa que perezcamos?
39Una vez despierto, conminó al viento diciéndole al mar:
-¡Silencio,  estáte callado!
Cesó el viento y sobrevino una gran calma. 

40Él les dijo:
-¿Por qué sois cobardes? ¿Aún no tenéis fe?
41Les entró un miedo atroz y se decían unos a otros: 

-Pero entonces, ¿quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen? 
Explicación.
Episodio central de la segunda sección: Travesía a país pagano (35). Los discípulos (d. v. 38: Maestro)secuestran a Jesús, impidiendo que los seguidores no israelitas (otras barcas) se asocien a la misión. Quieren que ésta se desarrolle según las categorías del: judaísmo (superioridad de Israel) (36). Éste es el mal espíritu (torbellino de viento) que pone en peligro la misión y el grupo (la barca) (37). Jesús se echa a dormir (= no se deja sentir su presencia; el episodio anticipa una praxis pospascual de misión; cf. v. 35: aquel día, como en 2,20, de la muerte de Jesús). Reproche de los discípulos (38). Jesús increpa al viento como a un espíritu inmundo (cf 1,25; «silencio»: alusión al espíritu fariseo, cf. 3,4) (39). Reprocha a los discípulos su miedo, que nace de su falta de adhesión/fe (40). Dominar el mar era propio de Dios (Sal 107,29s); no entienden al Hombre-Dios: sienten miedo del poder de Jesús, temiendo represalias por su conducta anterior (41).  

viernes, 29 de enero de 2016

LECTURAS DEL VIERNES 29 DE ENERO DEL AÑO 2016.


Primera Lectura. 2 Samuel 11,1-10.13-17.

David y Betsabé.

1Al año siguiente, en la época en que los reyes van a la guerra, David envió a Joab con sus oficiales y todo Israel a devastar la región de los amonitas y sitiar a Rabá. David, mientras tanto, se quedó en Jerusalén, 2y un día, a eso del atardecer, se levantó de la cama y se puso a pasear por la azotea de palacio, y desde la azotea vio a una mujer bañándose, una mujer muy bella. 3David mandó a preguntar por la mujer, y le dijeron:
-Es Betsabé, hija de Elián, esposa de Urías, el hitita.
4David mandó a unos para que se la trajesen; llegó la mujer, y David se acostó con ella, que estaba purificándose de sus reglas. 5Después Betsabé volvió a su casa; quedó encinta y mandó este aviso a David:
-Estoy encinta.
6Entonces David mandó esta orden a Joab:
-Mándame a Urías, el hitita.
7Joab se lo mandó. Cuando llegó Urías, David le preguntó por Joab, el ejército y la guerra.
8Luego le dijo:
-Anda a casa a lavarte los pies.
Urías salió de palacio y detrás de él le llevaron un regalo del rey. 9Pero Urías durmió a la puerta de palacio, con los guardias de su señor; no fue a su casa. 10 Avisaron a David que Urías no había ido a su casa, y David le dijo:
-Has llegado de viaje, ¿por qué no vas a casa? 
13Urías se quedó en Jerusalén aquel día. Al día siguiente David lo convidó a un banquete y lo emborrachó. Al atardecer, Urías salió para acostarse con los guardias de su señor, y no fue a su casa. 14A la mañana siguiente David escribió una carta a Joab y se la mandó por medio de Urías.
15El texto de la carta era: "Por a Urías en primera línea donde sea más recia la lucha, y retiraos dejándolo solo, para que lo hieran y muera. 17Joab, que tenía cercada la ciudad, puso a Urías donde sabía que estaban los defensores más aguerridos. 17Los de la ciudad hicieron una salida, trabaron combate con Joab, y hubo algunas bajas en el ejército entre los oficiales de David; murió también Urías, el hitita. 

Explicación.

11,1-5 Primera escena: David y Betsabé.

11,1 El primer verso plantea toda la situación: el contraste entre las tropas numerosas que marchan a la guerra y el rey que se queda en la capital; frase larga para los soldados, frase breve para David; (el contraste entre frases largas y breves es procedimiento que recurre en el relato). Aunque casi toda la acción se desarrolla en la corte, sentimos a ésta envuelta en una presencia dominadora y acusatoria de la guerra: visitas, mensajes, el gran marco que se abre en 11,1 y se cierra en 12,26-31. El primer verso nos impone una lectura de contrastes y nos hace pensar en la primera aparición de David en el campo de batalla, dejadas sus ovejas.

11,2 El segundo verso acerca la figura de David: la siesta, el ocioso pasear, la curiosa mirada. Todo ello desde la altura de su azotea, desde la altura de su poder real que ordena, despacha, reclama, comenta. Contrasta la frase larga sobre el rey y la frase breve dedicada a la mujer, vista por los ojos del rey.

11,3-4 La rápida acción está articulada por el doble mandar: a informarse, a traer. Supuesta la información, el traer equivale a un rapto para el adulterio. Nada dice el autor de la actitud de Betsabé: ¿consiente a gusto?, ¿podría resistirse al rey? Una frase breve cierra el episodio, que podría concluir sin consecuencias: "Volvió a su casa" (el motivo de la casa es importante).

11,4 Lv 15,9; Éx 20,14.

11,5 La reacción de Betsabé es de pánico: la adúltera tiene pena de muerte, y la prueba del adulterio está en su seno; toca al rey remediar. Los cuatro verbos casi seguidos del original expresan la urgencia,. Contrasta el brevísimo mensaje en la frase final.

Así ha terminado la primera escena. Notemos en ella los términos clave: la cama (mshkb),acostarse (shkb), quedarse (yshb). 

11,6 Este verso introduce la segunda escena, repitiendo tres veces, en el texto hebreo, el verbo mandar.

11,7 La frase larga, con tres complementos, resume una conversación y presenta el interés fingido del rey. En hebreo se pregunta por la paz o bienestar (shalom) en el contexto de guerra esa palabra, repetida tres veces en el original, suena extraña.

11,8 La fórmula incluye el reposo completo en su propia casa. El verbo lavarse es el mismo de Betsabé bañándose.

11,9 La breve frase final subraya la desobediencia del soldado. El motivo de la casa se vuelve obsesivo en los versos que siguen.

11,13 Al final de la escena se repiten en otra clave los términos de la primera escena: acostarse, cama, quedarse en Jerusalén. Haciendo eco al v.9, suena otra vez la casa.

Urías ha desobedecido al rey, le ha recordado cosas desagradables, ha hecho fracasar su plan sencillo. ¿Piensa David que Urías sabe o sospecha?, ¿se siente descubierto y amenazado? Al menos ha visto que no puede domeñar al soldado ni con regalos ni con vino.

11,14-17 La tercera escena, breve y rapidísima, está iluminada por una luz trágica: Urías portador de su sentencia de muerte. La carta podía ir escrita en una tablilla de barro o en pergamino, e iba sellada. David da una orden sin explicaciones. Joab la ejecuta sin miramientos.

La carta termina con un frase breve "que lo hieran o muera", a la que hace eco una frase algo más larga con que concluye la escena: "murió también Urías el hitita"; esto sonará de nuevo, casi como estribillo.

Salmo. 51,3-7.10-11.

3Misericordia, oh Dios, por tu bondad, 
por tu inmensa compasión borra mi culpa, 
4lava del todo mi delito 


y limpia mi pecado.
5Pues yo reconozco mi culpa
y tengo siempre presente mi pecado. 
6Contra ti solo pequé,
cometí la maldad que repruebas.
7Que tus argumentos te hagan justicia 
y resultes inocente en el juicio.
7Mira, culpable nací,

pecador me concibió mi madre. 


10Anúnciame gozo y alegría,
que se regocijen los huesos triturados.
IITápate el rostro ante mi pecado 
y borra toda mi culpa. 
Explicación.
51,3 Al apelar a la piedad y compasión de la otra parte, implícitamente se reconoce culpable.
51,6a "Contra ti solo". Si el salmo está estilizado como pronunciado por David, parece olvidar a Urías. Leído detrás del anterior, parece olvidar al prójimo. Sin embargo, la frase hace sentido en contexto de alianza: una parte es ofensora respecto a la otra. Véase para David 2 Sm 12,9.
51,6b En el esquema de un juicio bilateral el verso es claro: el orante aprueba la validez del discurso de Dios. Parafraseo: con tu discurso pruebas tu inocencia, del proceso sales inocente. Si se tratase de que Dios salga justificado frente a todo juicio humano, la condena de un culpable surtiría el mismo efecto.
51,7 "Concibió": en la fisiología de entonces, me dio su calor. 
51,10 Anticipa la segunda parte. Cuando Dios pronuncie la sentencia de perdón, el penitente escuchará una noticia alegre, y hasta lo hondo de los huesos sentirá el gozo: véase Is 66,14.  
TraNsposición cristiana 
El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones.
En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.  

Evangelio. Marcos 4, 26-34.


26y siguió diciendo:
-Así es el reino de Dios, como cuando un hombre ha echado la semilla en la tierra; 27 él duerme y está despierto, por la noche y por el día, y la semilla germina y va creciendo sin que él sepa cómo. 28Por sí misma la tierra va produciendo el fruto: primero hierba, luego espiga, luego grano repleto en la espiga. 29y cuando el fruto se entrega, envía en seguida la hoz, porque la cosecha está ahí.
30y siguió diciendo:
- Con que podríamos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? 31Con un grano de mostaza, que, cuando se siembra en la tierra, aun siendo la semilla más pequeña de todas las que hay en la tierra, 32sin embargo, cuando se siembra, va subiendo, se hace más alta que las hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden anidar a su sombra.
33Con otras muchas parábolas del mismo estilo les exponía el mensaje, según lo que podían oír, 34y no se lo exponía más que en parábolas; a sus propios discípulos se lo explicaba todo aparte.

EXPLICACIÓN.

Jesús se dirige de nuevo a la multitud, exponiendo en clave el secreto del Reino. Primera parábola del Reino (4,26-29), su aspecto personal: la maduración del hombre por la asimilación del mensaje, hasta la entrega total (el fruto = el hombre nuevo, se entrega). En la tierra, universalidad (cf. 2,10). El que siembra debe respetar ese proceso interior (sin que él sepa cómo). La siega: el individuo se integra en la comunidad, en su fase terrestre y poshistórica (cf. 13,27). 


Segunda parábola (4,30-32), el aspecto social del Reino: pequeñez inicial y apariencia modesta (contra Ez 17,22-24, «el cedro frondoso», sobre la restauración de Israel). No hay continuidad con el pasado (semilla nueva, no esqueje del antiguo cedro). No se planta en un monte alto, sino en la tierra, universalidad; resultado, un arbolito, pero que ofrece acogida a todo hombre (pájaros).


El Reino, por tanto, excluye la ambición de triunfo personal y de esplendor social. Los discípulos (= los Doce, 4,10), imbuidos como la multitud de la ideología del judaísmo, no entienden las parábolas (cf.4,13), por no haber hecho suyo el secreto del Reino (34).